Hay varias y múltiples maneras de agredir verbalmente, y hay agresiones tan sutiles y disimuladas que no las identificamos con claridad, sin embargo en nuestro cuerpo emocional recibimos un impacto que nos deja tocadxs, sin clara consciencia de qué ha pasado y en consecuencia, sin posibilidad de defendernos de la agresión recibida.
Una de estas formas es esta:
“Yo ya sé cómo eres.”
“Yo ya te conozco.”
Sé cómo eres. Te he puesto etiquetas, juicios, sentencias definitivas que no voy a cambiar ahora, hagas lo que hagas, digas lo que digas. No te voy a mirar, no te voy a escuchar en tu ahora, me voy a mantener firmemente aferradx a mis creencias sobre ti. Por supuesto tengo razón, la gente es como es y no cambia, y me da igual que tú sí lo hayas hecho porque necesito que mi mundo esté ordenado y necesito tener razón en mis opiniones y mis juicios, eso me da seguridad y me hace creer que piso suelo firme, que todo está claro, en orden, conocido, controlado.
Y si tú has cambiado, si has madurado, evolucionado, cambiado de opinión, no me interesa saberlo, me daría demasiado trabajo… reorganizar mis creencias respecto de ti, de lo que tú mueves en mí, de mis seguridades, de mi sensación de control… Ufff, déjalo, que se me mueve el piso, prefiero quedarme con esto: Yo ya te conozco!!
La vida es movimiento, flujo, cambio, adaptación. Si no quieres ver esto en la otra persona, probablemente no lo aceptas en ti tampoco. Y está bien, si es tu opción, si es eso lo que quieres para ti.
Pero por favor… deja libre a lxs demás de tus juicios, etiquetas y creencias… mientras tú te aferras a la imagen que tienes de ellxs, igual ellxs se están ocupando de lo suyo, cambiando, evolucionando…
0 comentarios